Le di 7.000 dólares para la boda. Sin condiciones. No me importaba la lista de invitados, ni el vestido, ni el lugar, sólo quería que fuera feliz. Así que cuando me enteré por la madre de su prometido de que no estaba invitada, se me cayó el alma a los pies. Ni siquiera me enteré por ella. Luego comprobé el registro y vi que mi nombre seguía figurando como "padrino". Fue entonces cuando me di cuenta de que no se trataba sólo de la onda...